El aire era calido y un ritmico vaiven la lleva poco a poco de nuevo abajo, como cuando las ojas secas caen de los arboles, baja lentamente y a veces sube un poco y oscila al placer del viento. Se viste de nube blanca que tapa su delicada desnudez, y la niebla se disipa a su paso.
Llora muy poco y las lagrimas caen como gotas de rocio en ese mundo creado por ella y para ella. Desciende...cae...
Todo parece aun mas silencioso, solo el leve ruido de sus cabellos hace melodia en la nada, pero e aqui cuando recuerda...el nombre de aquella que la nombro, y su tez emblanquece aun mas. No de frio, no de miedo.
Supira y el aire se le escapa del tunel abierto. Y la caida comienza a ser mas rapida y los vaivenes mas ritmicos. Y gira, y gira, bailando como los petalos de rosa que antes la vestian, y las nubes dejan de cubrirla y la nada la embuelve nuevamente.
Cae...Desciende...se posa.
En el suelo cristalino como el agua, como el cielo, como la tierra virgen. Y las miradas se ciernen sobre ella y la miran. La miran de arriba a bajo, de abajo a arriba, el silencio estalla y sus pies tocan el suelo y su mano se apoya en el cristal bajo sus pies descalzos. Y es entonces cuando ve eso en su muñeca. Ese hilo que pende y cae...
Como el globo que una vez se ha escapado de las manos de su dueño, cae al suelo en un lugar desconocido ya sin aire...ya sin sueños...
Globo y Lazo.
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