domingo, 6 de abril de 2008

Él y nada mas -Capitulo VII-


- La mia armonia bella, quanto tempo ma devo sperare fino a desojarte come fiore…

Su voz se escucha en todo el laberinto como un susurro incomprensible. Es la unica musica que se escucha, la unica voz que hace eco en el cristal. Y ahora como antes y como desde los inicios acaricia los cabellos de la niña en su regazo.

- Chiedo a voi che non separate del mio e quello non allontanate la mia gioia di tenerte nelle mie armi…

Y aunque él le susurre al oido, llega a otros. La niña solo sonrie en sus brazos con esa frescura de flor recien nacida. Carece esta criatura hermosa como ninguna, de cualquier sentido. No ve...no olle...no siente...no huele ...no escucha...
Pero le ama solo a él.

- Un bacio, perché sono il vostro slave… e voi imcompleta il mio melodía…

Y ella se deja besar, la niña que se vuelve mujer al tenerlo cerca, al intuir su deseo, justo cuando Harmuna suspira, cuando los ojos del mar piden que se lo arroje, cuando los ojos de las estrellas ordena las letras de aquel que habla y existe y cuando los ojos del bosque notan como el calor y el perfume le acarician como el viento cada noche, sus frios labios.

Suspiros de amor...

Y todas pronuncian su nombre y solo se lee en los labios que han sidos besados por él.

...Marccelo...*Vocaliza*

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