lunes, 15 de septiembre de 2008

Tacones con sabor a Menta






















Me he transparentado y camuflado con el entorno solo para estar siempre junto a ti. He cambiado de forma solo para ti e incluso he recortado las palabras de mi nombre para que no te duela nombrarme, para que no te duela saber que siempre he estado aqui, pegada a ti.
Tatuado con tinta invisible queden por siempre mis besos en tus labios y en tu tersa piel al estar recien afeitada. Que huela el aire a menta por siempre y para siempre; que quede mi cuerpo unido al tuyo por pegamento de contacto maximo; que pueda abrir con mis manos vaporosas tu camisa cuando la calor te llegue y mi pelo sea la manta en las noches de invierno.

Solo pido un hueco en tu cuna, solo pido un espacio en el cielo cuando la mires a ellas. Una leve brisa como la que produce el lento agitar de un abanico y el sonido de unos tacones lejanos a ti, que hacen tu caminar ritmico. Abandona los recuerdos del pasado y quedate solo para mi.
Asi seas tu el ser camuflado y transparente que tiña mis sabanas de colores pastel en la noche de calor y la lluvia llene mi cuerpo mientras el sol nace en mis mejillas.

Mañana será tarde para mi de nuevo, pero tengo la eternidad para esperar tu llamada, al igual que mis manos peinan y trenzan mis cabellos de color pastel, para que tu cama no tenga ni una sola arruga, al igual que la almohada hoy se encuentra pegada a la cara que ya no se afeita por las mañanas. Porque hoy de nuevo huelo a menta ...

sábado, 13 de septiembre de 2008

Lagrima de Metal, Beso de Aire

Sus manos se enredaban con su corto cabello azabache tumbada en el banco metálico junto el río en el atardecer de un día mas. El mismo día y el último que las palabras ya no eran capaces de tener un significado mas haya de las miradas de ambos. La joven se apoyaba en el frío metal con sus manos, aferradas como para no avanzar ni un solo palmo mas. El se acercaba mas y mas tanto que su aliento se hizo mas profundo que la leve brisa, y el sonido del entreabrir de sus labios llamo a la humedad de los de la joven.

-Si me besas todo abra acabado -dijo la joven
-Todo habrá acabado igualmente- le replico

-Entonces prefiero que no lo hagas y que solo soples a mis labios como si fueras la brisa que ahora acaricia mi cuerpo, cuando quizás deberían ser tu manos. -decía mientras cerraba lentamente los ojos- Arrójalo despacio y ve alejándote poco a poco de mi. Que sea...despacio..que sea suave...que sea inolvidable...

El soplaba poco a poco en sus labios hasta que su aliento se mezcló con la brisa, desapareciendo paulatinamente hasta que yo solo quedo la nada. Y fue entonces cuando la joven que aun sujetaba un pequeño cuaderno en sus rodillas leyó de nuevo aquello que había escrito antes del fin de su cuento.

"Eso es para mi el beso, cuando rebota mi aliento contra la pared que duermo"

viernes, 12 de septiembre de 2008

Pinzas en el aire, pies en la tierra


De puntillas la joven intentaba colocar la ropa que esa mañana deseaba tender. Tan sumergida en sus pensamientos no se percató de que alguien se acercaba lentamente tras su espalda.
Se quiso alzar tantos la jovencita que casi parecía estar caminando con los dedos de los pies, justo cuando el muchacho tras de ella agarrándola fuertemente de la cintura la alza para que alcancé el cordel.

-Déjame que te ayude a estar mas cerca del cielo- dijo el joven con voz dulce.

Se tendieron servilletas, camisas y calcetines. Se cogieron con pinzas sentimientos y palabras pronunciadas. Cada cual es libre de interpretar el cielo a su antojo. Cada uno somos nuestro propio astrónomo, pero realmente mientras ambos miraban como ondeaban los retales blancos del pasado, se preguntan sin decirse nada:

¿Quien esta mas cerca del cielo? El que casi lo toca sin de puntillas ponerse o la que al ser alzada abandona el tacto del suelo.

El tiempo es como un cordel que se va llenando de ropa, solo puedes tirar en un sentido. El cordel es un transcurso entre las prendas del pasado y las de tu madurez. Pero lo guardado y tendido cuando llueve y sopla el viento debe de ser recogido.

Él nunca mas le ayudo a tender, y ella mira al cielo de puntillas, esperando que llegué el día que sus pies se alcen solos para ir tras el...